La desigualdad que implica la «Castellanización» de las lenguas índigenas

Antonio García Zúñiga ha dedicado parte de su carrera a investigar sobre las lenguas originarias y el riesgo de desaparición que enfrentan. El especialista participó de una jornada sobre el tema que se hizo ayer en la Cámara de Diputados de Salta.

La actividad se organizó en el marco del Año Internacional de las Lenguas Indígenas y reunió a legisladores que tienen pendiente el debate sobre la ley de educación integral que reclaman referentes de comunidades originarias.

En un año que comenzó marcado por el acampe de familias wichi en la plazoleta IV Siglos en demanda de una enseñanza más respetuosa de la diversidad cultural, García Zúñiga consideró injusto el planteo de los que aseguran que las comunidades originarias no tienen docentes formados para educar a sus hijos.

También habló sobre la desigualdad que implica la “castellanización”, y advirtió que los pueblos originarios viven “en subordinación de la población mayoritaria”.

¿Hay lenguas en riesgo en América?

Todas las lenguas, si nos estamos refiriendo a las originarias, las indígenas. No hay ninguna que se salve de esa situación. Para empezar, porque las poblaciones viven en subordinación de la población mayoritaria y esto hace que la misma lengua viva en subordinación a la lengua española o la portuguesa, en el caso de Brasil.

¿Es una cuestión de cultura o poblacional?

Bueno, es poblacional pero lastimosamente también es cultural. Puedo hablar de que en el caso de México, con toda certeza, se trata de un factor de discriminación y este factor pareciera que pudiera describirse como cultural. Es duro decir que algo como la discriminación forme parte de la cultura de una población de una nación, pero pareciera ser la tendencia en América.

¿Qué deben hacer los gobiernos para que esto no pase?

Primero, creo que ser sensibles a la existencia del otro. Llamarlo a formar parte; es decir, integrarlo en la sociedad respetando sus propios usos y costumbres, respetando y entendiendo que la educación tiene que ser algo ajustado a la realidad. En el caso del desarrollo, tiene que ser algo consultado con las poblaciones indígenas y ajustado a lo que ellos entienden como desarrollo. Tiene que ver con la sensibilización o la empatía. Sí es una tarea más social, de aplicar las leyes, proclamar nuevas leyes de integración, de regulación, respeto o convivencia pero, sobre todo, que eso se dé en el día a día.

 


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¿Cómo inciden internet y las nuevas tecnologías en la preservación de las lenguas? ¿Ayudan o hacen que todos sean más homogéneos, que manejen el mismo lenguaje y los mismos códigos?

Es difícil. Hay mucho interés de las poblaciones indoamericanas por manifestarse o hacerse conocer y un recurso es internet. Pero faltan oportunidades, sobre todo de acceso, porque son poblaciones muy remotas.

En educación, ¿como hay que trabajar? ¿Los maestros tienen que ser hablantes nativos para enseñar la lengua o podrían involucrarse otras personas? 

No. Tendría que ser una persona originaria de la comunidad. Alguien que conozca no solamente la lengua sino también la cultura. Alguien que sea sensible a cuestiones de reivindicación cultural, social o lingüística. Se maneja mucho la educación intercultural o bilingüe. Pareciera ser que, en términos teóricos, esto es algo que se ajusta a su realidad. Pero llama la atención que los que tienen que ser bilingües son ellos y no el resto de la población. Entonces, si vamos a hablar de interculturalidad tendría que ser en términos de emparejamiento. Si ellos son biculturales y bilingües, la población que no es originaria también tendría que serlo. Pareciera, más bien, la interculturalidad y el bilingüismo como una justificación para la castellanización, para hacer que sean ellos los que aprendan el español y no nosotros los que aprendamos algunas de sus lenguas.
Entonces, pareciera ser una especie de farsa y por eso es necesario que la educación sea atendida por ellos mismos. Que sean ellos los que vean cuáles son sus recursos y que los exploten en términos educativos, que sean los que vean cuál es la forma en que aprenden en sus comunidades porque no tienen el mismo sistema que nosotros. Es algo muy extendido en América que, entre ellos, el aprendizaje se da a través de cuentos. En nuestro caso, la educación es represiva: “Te aprendes esto y es de memoria”. Hay un esquema muy distinto. Por eso es necesario que sea alguien de la cultura, que conozca la filosofía, la cosmovisión y no solamente la lengua.

Lo que se escucha a veces, en Salta, es que las comunidades no tienen docentes preparados para estar en el aula…

Pues no sería nada raro. Son más de 500 años de explotación, 500 años de negarles el acceso a la sociedad, al progreso y el desarrollo. Y el progreso no es el edificio frente a una choza, no es el sedentarismo frente al nomadismo, sino entender el progreso en términos de lo que a ellos les sirve.
Son más de 500 años en los que han estado alejados y no han sido beneficiarios de este progreso que nos ufanamos de tener en todo el continente americano. Es obvio que no va a haber personas capacitadas en nuestros términos, pero en sus términos seguramente sí hay. Son 500 años de negarles el acceso a la cultura y la educación. Pareciera un reclamo injusto decir “no están capacitados”. No los hemos capacitado. No les hemos dado las posibilidades de capacitarse.

 


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¿Cuántas lenguas se hablan en  México?

Tradicionalmente se ha hablado de 56 a 68 lenguas pero existen diferencias lingüísticas muy amplias, que incluso los llevan a tener que comunicarse en español, la lengua que les puede ser común. En un trabajo que se hizo de 2005 a 2008 en México se vio que estas diferencias pueden ser tan mayores que en lugar de hablar de 56 a 68 pueblos y lenguas indígenas, existen más bien 56 a 68 pueblos indígenas que hablan 364 variantes. Y hay variantes tan distintas que pudiéramos pensar en una diferencia como la que hay entre el español y el rumano. Estamos manejando una cifra que no tiene que ser menor a 150 lenguas. Lo mismo sucede en Brasil, Colombia o Perú. Y por desgracia en América, cuando pensamos en la Argentina pensamos en un país que no tiene diversidad lingüística, que únicamente tiene diversidad de clima y biológica. Pero tiene mucha. Tal vez no sean las 150 lenguas que hay en México o en el Amazonas. Pero pensar en una diversidad de 10 o 15 lenguas es mucho.

Y cuándo un presidente como Donald Trump plantea un muro entre dos países, ¿cómo lo analiza desde la perspectiva cultural? 

Hablando en términos históricos, pretender hacer un muro entre lo que por historia perteneció a México se me hace irracional por decir lo menos. Mucha población migró por necesidad desde los 50. En los años 70 hubo un programa de migración conjunto entre México y Estados Unidos. Los norteamericanos no iban a cultivar el tomate o la ciruela, no iban a hacer el trabajo de limpieza. Entonces, necesitaban mano de obra mexicana. Es mucha la población mexicana que habita en Estados Unidos. Pretender a estas alturas crear un muro para separar familias pero, sobre todo, para separar economías, que es lo que le interesaría a Trump, se me hace totalmente irracional. Sobre todo en este período de apertura y globalización, a los mexicanos nos genera mucha incomprensión.

 


Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/nota/2019-4-25-1-54-0–es-duro-decir-que-la-discriminacion-forme-parte-de-la-cultura-pero-pareciera-ser-la-tendencia

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